Kanyoro urge a las Iglesias Luteranas a persistir en poner la fe en acción

Presidenta del Fondo Mundial para la Mujer, la Dra. Musimbi Kanyoro habla a delegados y delegadas de las iglesias Luteranas en la Consulta Regional de África en Mayo de 2015 y durante el 60 Aniversario reunido en Moshi, Tanzania. Foto: LWF/Tsion Alemayehu

La violencia contra la mujer es alarmante, las congregaciones pueden hacer más

Moshi, Tanzania/GENEVA, 2 Junion 2015 (LWI) – ¿“Somos a veces, como iglesias, incapaces de hablar de la violencia contra las mujeres y las niñas porque lo experimentamos y practicamos”? Esta fue una de las preguntas planteadas por la Dra. Misimbi Kanyoro, Directora Ejecutiva y Presidenta del Foro Mundial para la Mujer con sede en US, al dirigirse a los y las líderes de las iglesias Luteranas de África reunidos/as en Moshi, Tnazania para celebrar los 60 años de la primera reunión Luterana  panafricana.

Kanyoro, quien a fines de los 80s y en los 90s coordinó la Secretaría de Mujer en la Iglesia y Sociedad de la Federación Luterana Mundial (FLM), enalteció a la FLM por su valentía en la defensa de derechos y acción por el cambio en la sociedad y las iglesias. “Cada una/o de nosotras/os tiene alguna experiencia de una acción pública, un asunto teológico o social para celebrar” indicó mencionando la incidencia y la intervención contra el apartheid, la opresión y represión política, las personas desplazadas y el VIH y SIDA entre otros.

“Los temas que suscitan la preocupación pública no van a desaparecer” dijo Kanyoro en su presentación sobre justificación y responsabilidad pública. Musimbi motivó a las iglesias de la comunión Luterana a persistir en poner su fe en acción aun cuando el progreso ha llegado.

Kanyoro afirmó el rol de la FLM en permitir que las iglesias dialoguen entre ellas sobre ser iglesias inclusivas de varones y mujeres, del clero y el laicado. “Hemos visto de manera consistente cómo las iglesias aprenden las unas de las otras y también como se preocupa por sus relaciones bilaterales y multilaterales” dijo refiriéndose al hecho de la ordenación de las mujeres en varias iglesias miembro de la FLM.

“Tomó un tiempo para que se diera el cambio, pero una vez iniciado nuestro estar juntas como iglesias en comunión hizo que se apresurara y escalara rápidamente” anotó y citó casos de ordenaciones de mujeres Luteranas en los Estados Unidos, Finlandia, Namibia y Tanzania entre otros varios países.

La violencia contra la mujer es generalizada

Kanyoro elogió a la FLM y a sus iglesias por los esfuerzos significativos en comprometerse con los temas de violencia contra la mujer en la iglesia y la sociedad. Sin embargo, argumentó que aún queda mucho por hacer. “La violencia contra las mujeres y niñas en el mundo de hoy está muy generalizada que es una vergüenza para la sociedad, y en la iglesia no tenemos excusa para no hacer de esto nuestra tarea” enfatizó.

Los indicadores globales sobre la prevalencia y el impacto de este tipo de violencia muestran que “el lugar más peligro para las mujeres es su propia casa”, a manos de su pareja masculina dijo Kanyoro. Describió los hechos como “terribles”, con “más de una de cada tres mujeres a nivel mundial que han sido sujetas a violencia física o sexual”. La tragedia personal, el sufrimiento humano, el costo social y económico de tal violencia tiene efectos dominó en toda la sociedad.

Igualmente alarmante es el número de mujeres que están sujetas al tráfico humano para el trabajo forzado a nivel mundial. Citando estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas Mujeres, Kayoro dijo que las mujeres y las niñas representan el 55 por ciento del estimado de 20.9 millones de personas traficadas para el trabajo forzado mundialmente. El mismo grupo representa el 98 por ciento del estimado de 4.5 millones de personas forzada a la explotación sexual. Esto en adición a otras formas de violencia tales como la más extrema –el feminicidio- la muerte de las mujeres y niñas simplemente por ser mujeres.

La fe llama a las iglesias a la acción

Kanyoro argumentó que las iglesias y sus congregaciones “tienen la pericia para comprender el dolor en nuestras comunidades” y por tanto deberían llevar a la corrección de las desigualdades de género, respetando los derechos humanos de todas las personas sin excepción, la prevención de conflictos y guerras, poniendo fin a la violencia  y creando un mundo justo y equitativo.

La fe sin acción no ofrece esperanza a las personas dijo Kanyoro. Motivó a más de 200 delegados y delegadas de iglesias presentes en la conferencia y continuar “usando el púlpito para enseñar cómo las comunidades deben ser” y ayudar a la gente a ver la imagen de Dios en cada persona que sufre.

“Mi esperanza es que no nos cansemos de nuestra responsabilidad de estar presentes y actuar en el momento de abordar los problemas de nuestros tiempos” añadió.

(Contribución de Afram Pete, coordinador regional de la Red Africana de Comunicación e Información –ALCINET)