La IERP celebró su sínodo con el tema "Espiritualidad para la Misión"

Los asistentes al Sínodo de la IERP muestran el afiche que se llevan a cada comunidad. Foto: FLM/E. Albrecht

 

Entre el 10 y el 13 de octubre, más de 150 personas, entre delegados y delegadas laicas de congregaciones de Argentina, Uruguay y Paraguay, junto a ministros y ministras de los siete distritos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), se reunieron en la Congregación Evangélica de Esperanza, en Santa Fe, Argentina, para celebrar su Sínodo anual. Este importante encuentro contó además con la participación de visitantes ecuménicos de la región del Río de la Plata, así como de iglesias e instituciones hermanas de Europa.

El Sínodo, centrado en el lema "Espiritualidad para la Misión", abordó los cuatro ejes fundamentales: iglesia evangélica, iglesia profética, iglesia diacónica e iglesia inclusiva. El pastor presidente Leonardo Schindler, la pastora Annedores Venhaus, el diácono Martín Elsesser y el Magister David Cela Heffel guiaron los trabajos con dinámicas que integraron reflexión y acción. Uno de los momentos más destacados fue una caminata por la ciudad de Esperanza, en la que los participantes portaban pancartas que expresaban su compromiso con la misión de ser una iglesia activa en el mundo.

 

Visitas ecuménicas durante el culto de apertura. Foto: FLM/E. Albrecht

 

Los devocionales de la mañana estuvieron a cargo de representantes ecuménicos, mientras que los jóvenes, integrados en el Equipo de Coordinación Juvenil (ECoJ), lideraron los devocionales nocturnos, brindando una perspectiva vibrante sobre los desafíos que enfrenta la iglesia hoy.

Durante las jornadas, se eligió a la nueva Junta Directiva de la IERP. Un hecho significativo fue la reelección de Iris Andrea Reckziegel Becker, laica del Distrito Paraguay, como vicepresidenta, destacando la participación activa de laicos y laicas en los puestos de liderazgo.

El Sínodo se abrió y cerró con un culto, siendo el de clausura también el espacio donde se realizó la instalación de las nuevas autoridades. En el cierre, la comunidad reafirmó su compromiso con la misión de Dios a través de una marcha simbólica por las calles de Esperanza, demostrando su disposición a proclamar el evangelio no solo dentro de las congregaciones, sino también en el espacio público.

 

Uno de los devocionales nocturnos tuvo un fuerte impacto cuando los asistentes vivenciaron la multiplicación de los panes y pescados compartiendo ambos elementos. Foto: FLM/E. Albrecht

 

Este Sínodo ha dejado un mensaje claro y contundente: la misión de la iglesia debe ser integral y estar profundamente alineada con los valores del evangelio. Esto implica no solo la proclamación de la fe, sino también la denuncia activa de las injusticias sociales que afectan a nuestra sociedad. La iglesia está llamada a servir a los más vulnerables, ofreciendo apoyo y solidaridad a quienes más lo necesitan. Además, debe ser inclusiva en todos los aspectos de la vida comunitaria, asegurando que todas las personas, sin importar su origen, género o situación, se sientan acogidas y valoradas dentro de la comunidad de fe.

 

La caminata se realizó una de las noches por las calles de la ciudad de Esperanza. Foto: FLM/E. Albrecht.

 

El mensaje central del Sínodo recordó que la misión de Dios requiere de una espiritualidad comprometida con cuatro dimensiones fundamentales:

Evangélica: Porque "la encarnación de Dios en Jesucristo, su muerte en la cruz y su resurrección es la buena noticia que transforma la vida y la realidad de las personas". Esta es la noticia que, como iglesia, "somos llamados y llamadas a compartir".

Profética: En un mundo marcado por la desigualdad, "necesitamos voces de denuncia ante la enorme desigualdad social" y debemos ser "anuncio de esperanza", con acciones concretas que "defiendan la vida y la dignidad de las personas".

Diacónica: Porque "el amor al prójimo, materializado en las obras de servicio, es el sustento del mensaje evangélico". Las obras diacónicas deben hacer que "las y los pobres, quienes tienen hambre y sed de justicia, se sientan alojados y bendecidos". Así, la diaconía es "un imperativo de la misión" y un alivio a las necesidades más urgentes.

Inclusiva: Porque "como iglesia estamos llamados a dar lugar para todos y todas, sin importar su origen étnico, su condición social, su género, su condición física o intelectual, o su orientación sexual". En la comunidad de fe, "todos y todas tenemos un lugar como hijos e hijas de Dios" y somos dignos de respeto y cuidado amoroso, en consonancia con Gálatas 3:26-28.

 

El Sinodo se vivió con mucho entusiasmo y alegría, tal como refleja la imagen durante un momento de canto. Foto: FLM/E. Albrecht.

 

Asi mismo, los jóvenes llamaron la atención sobre las tormentas que enfrenta hoy la comunidad de fe: "padecemos el impacto de la injusticia climática, el aumento de la pobreza, la violencia, y las injusticias contra las personas mayores". Frente a estas amenazas, la iglesia está llamada a "dar respuesta con acciones concretas", como las que fueron exhibidas en la feria de la misión, reafirmando el compromiso de la comunidad de fe con la justicia y la paz.

Red de Comunicaciones - LAC