Día de la Reforma en Chile: “No estamos llamados para ir contra otros”
SANTIAGO DE CHILE / Chile (LWI) - Las iglesias luteranas de Chile conmemoraron este 31 de octubre los 504 años de la Reforma Protestante en la Congregación La Reconciliación de Las Condes. La liturgia fue dirigida por el obispo Alexis Salgado de la Iglesia Luterana en Chile (ILCH) y la prédica estuvo a cargo de Izani Bruch obispa de la IELCH.
El texto de reflexión fue el Evangelio de Juan capítulo 8:31-36, donde Jesús habla de la relación entre permanecer en la palabra y la libertad a la que son invitados sus discípulos y discípulas. Ese vínculo será redescubierto siglo más tarde por Martín Lutero, al cuestionar su propia fe basada en el miedo y el castigo. En este sentido, la Obispa recordó que: “Lutero era esclavo de su miedo, tenía miedo y terror a Dios. Vivía angustiado, atormentado, frente a un Dios juez. A ese Dios que dictaba sentencias sobres las vidas de las personas. A ese Dios que castigaba por sus pecados”. La vida de Lutero tuvo un cambio radical cuando, enfrentando el poder del miedo, descubre la buena noticia en la palabra que nos hace libres: “Es el Evangelio que nos libera de los legalismos y de los moralismos. ¿Y nos libera para qué? Para amar, para perdonar, para reconciliarnos, y para servir”, agregó.
El poder, el lobby y las leyes:
En relación con los desafíos actuales, la Obispa Izani Bruch, recordó que la libertad no puede ser ni comprada ni conquistada por la fuerza, y que cuando el grado de libertad depende del dinero que tiene cada persona se trata en realidad de un privilegio. “¿Podemos ser libres nosotras las mujeres? ¿Podemos salir en la calle sin que nada nos pase? Nos venden la idea de que somos libres. Que vivimos en una sociedad libre, pero esa libertad es privilegio de algunos”, meditó. En este contexto, la Reforma Protestante vuelve a plantear lo qué significa ser cristianos hoy. Si el testimonio de fe debe buscar la protección de leyes especiales, o más bien un compromiso con la justicia y con el cuidado de la naturaleza.
“¿Significa que nosotros y nosotras vamos a trabajar para que las leyes nos favorezcan? ¿Significa hacer lobby, alianzas, para que no haya las leyes que nosotros ‘pensamos’ que van en contra de Jesús? Al conmemorar 504 años de la Reforma, quisiera que tuviéramos presente, que nosotros los cristianos y cristianas no estamos llamados para ir contra otros. No es esa nuestra misión. Es mostrar compasión por las personas caídas, pobres, humilladas. Es practicar la justicia, es luchar por la paz, es luchar por la dignidad. Es hoy sin duda alguna defender el medio ambiente, es acoger al migrante”.
Finalmente la obispa de la IELCH recordó que la fe basada en la libertad cristiana se realiza al practicar el mandamiento del amor, y ¬¬-desde ese punto de vista- da como frutos las buenas obras: “Que nuestro testimonio sea de una fe activa en el amor y en la compasión. Una fe que por supuesto tiene como frutos buenas obras. Una fe que es capaz de hacer acontecer las buenas nuevas del Evangelio en este mundo”, sostuvo.
El servicio se realizó respetando las exigencias de aforo por el COVID 19 y contó con la participación de Omar Cortés, de la Asociación de Diálogo Interreligioso para el Desarrollo Humano ADIR; Jeremías Medina, director de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos ONAR; Alfred Cooper, obispo de la Iglesia Anglicana y Representante Protocolar de las Iglesias Evangélicas ante el Gobierno; la pastora Julieta Henríquez Vásquez de la Iglesia Metodista; el pastor Jan Meyer de la Congregación Belén, y los pastores Johannes Merkel y Lukas Altvater de la Congregación La Reconciliación.
Red de Comunicaciones - LAC