“Conocemos personas que decidieron no vacunarse porque reciben mensajes con información falsa”
ELDORADO/ Argentina (LWI) En plena pandemia de coronavirus y con la llegada de la segunda ola de contagios a la Argentina, la vacunación se encuentra avanzando a un ritmo sostenido, con casi un 30 % de la población inoculada con al menos una dosis. Sin embargo, a partir de mala información que llega a través de redes sociales y “fakenews”, hay personas que aún se resisten por considerarlas peligrosas para la salud. El pastor Carlos Kozel, pastor distrital de Misiones de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) y encargado del Hogar de Ancianos San Juan, al ser consultado por un medio de comunicación regional, llamó la atención sobre la necesidad de cuidarse, vacunarse, confiar en la ciencia, manteniendo viva la esperanza y la lucha por la vida.
El pastor Kozel señaló que tanto en la congregación, el hogar y las más de cuarenta comunidades que conforman al Distrito Misiones de la IERP siempre hablan del cuidado y la necesidad de protegerse como hermanos y hermanas en relación con el creador, en la plena conciencia de que los gestos de cuidado así como la vacunación, "implican una responsabilidad sobre la vida del otro y la otra". Además, destacó que no se debe mirar la marca o la procedencia de la vacuna, detallando que "todas tienen respaldo científico y pasaron por largos procesos de observación y estudio antes de ser utilizadas a nivel masivo".
En ese mismo sentido, alertó que observa en alguna gente un conflicto, producto de una desinformación. “Conocemos personas que decidieron no vacunarse porque reciben mensajes con información falsa”. Cuando esto surge, siempre intentan “decirles que es necesario que corroboren todo”, porque “la mentira es un pecado y peor si esto trae consecuencias sobre la vida de los demás”. Sobre mensajes que circulan irresponsablemente aclaro: “Nadie puede decir libremente que quieren envenenarnos con esto, porque las personas lo escuchan y comienzan a tener miedo”.
Según profundizó, estas actitudes generan interrogantes, tal como si es posible confiar plenamente en la ciencia. “Es cierto que debemos mantenernos en la fe, pero tampoco es pensar que uno no se va a contagiar, porque es caer en la tentación del mal”, ya que “la fe tiene que aferrarse al cuidado sobre nuestra vida y la de los demás”, remarcó recordando que en los hogares de ancianos de la IERP, la vacunación fue un alivio en la pandemia, aunque no quita la responsabilidad de continuar con los cuidados correspondientes.
Por último, hizo hincapié en la experiencia del hogar de ancianos San Juan, donde el 90 % de los y las residentes recibió las dos dosis y notaron que más allá de la edad de riesgo, si bien hubo personas que se contagiaron, tuvieron síntomas leves y fueron dados de alta a los 10 días. Lo mismo con el personal que resultó positivo y tenía la primera dosis de la vacuna, por lo que analizó: “evidentemente, alguna defensa se obtiene”. Sobre la actual situación, luego de más de un año de pandemia, describió que “aparecen crisis en las personas, con tristeza, frustración y está el miedo”, analizando que “ahí tenemos la responsabilidad de mantener viva la esperanza y la lucha por la vida”. “Es necesario mantener la fe y nadie puede negar que esto nos afecta, en mayor o menor medida”, concluyó.
Red de Comunicaciones – LAC