Jóvenes de Argentina se preguntan “qué es ser libre y qué es amar”

El encuentro fue organizado por el Equipo de Coordinación Juvenil Metropolitano, con la idea de que los participantes puedan pensar en "relaciones sanas, saludables y lo que esto implica". Foto: Equipo de Coordinación Juvenil Metropolitano / IERP

 

BUENOS AIRES / Argentina (LWI) Unos cincuenta jóvenes de entre 14 y 25 años se reunieron los días 18 y 19 de agosto para reflexionar sobre su comprensión de la libertad y el amor. La experiencia permitió observar de qué modo se dan sus relaciones, tanto en el noviazgo, como en la familia y los amigos. Durante los dos días se desarrollaron talleres y se trabajaron temas vinculados al lema “libres para amar”. Finalizaron la experiencia pintando un mural y escribiendo la declaración “pave a´eve jaguata ñañeñandu arami, libres para amar”. Además, recibieron la visita de cuatro jóvenes aborígenes de la comunidad Mbyá Guaraní de la Provincia de Misiones, lo que fue definido como un elemento clave, que permitió conocerse más profundamente y aprender los unos de los otros. El campamento se realizó en “La Casona”, un centro comunitario que la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) tiene en Florencio Varela, al sur de la ciudad de Buenos Aires.

El encuentro fue organizado por el Equipo de Coordinación Juvenil Metropolitano, con el objetivo de pensar en las "relaciones sanas, saludables y lo que esto implica", señaló Ailín Montí, co coordinadora del equipo. Hubo diferentes espacios de talleres y durante la noche se realizó trabajo temático. El primero de ellos fue a partir del cuento del “barrilete y la flor”, del escritor brasileño Rubem Alves. En ese espacio, hubo oportunidad de identificarse con uno de los dos personajes del relato, en tanto pensarse como flor que ata y no deja volar al barrilete, o más bien con el segundo elemento. La segunda noche, el eje temático estuvo centrado en el texto de la mujer apedreada, con una dinámica en la que algunos escucharon el texto desde la perspectiva de la mujer y otros como quienes iban a lanzar piedras. Para finalizar, conversaron sobre la propuesta que trae Jesús frente a los hombres que pretendían atacar a la mujer. Esta dinámica permitió que todos y todas piensen en cuáles son las piedras que la sociedad quiere tirar constantemente, así como quienes son esas personas señaladas con el dedo. En ese mismo sentido, hubo un paralelismo respecto del aborto y sobre todo cómo la moral ataca a las mujeres que deciden, por diferentes circunstancias, llevar adelante un aborto a partir de un embarazo no deseado. Hubo además un taller de género en el que tuvieron la oportunidad de pensar sobre lo que significa ser libres y amar en libertad. Durante este momento, trabajaron sobre las letras de la música que escuchan, visualizando los modos que a veces se naturaliza la “dominación” del hombre sobre la mujer.

Como cierre pintaron un mural, cuyo diseño fue consensuado entre todos y todas. La obra tiene una whipala en el fondo y si bien no es un elemento utilizado por el pueblo Mbyá Guaraní, los jóvenes presentes señalaron que se identifican a través de la misma. En la pintura aparecen diferentes colores y tipos de cabello, con lo que se representa la diversidad que existe en los seres humanos. También fueron agregados elementos propios como la rosa de Lutero, la guitarra, el mate, la cruz y el pañuelo de la legalización del aborto. Todos ellos van de la mano, lo que representa la unión, la comunidad, la religión y la cultura, según su propia manera de comprender las cosas.

La visita de los cuatro jóvenes de la comunidad Mbya Guaraní, que contaron sobre su cosmovisión y mostraron un corto sobre su vida, fue considerada un hecho valioso, que aportó aprendizaje. "Esto fue un elemento clave, porque permitió conocernos entre nosotros y percibir las diferentes formas de ver que existe en cada lugar, para aprender de la cultura de ellos y que ellos aprendan de nosotros", sintetizó Derek Ocampo, que al igual que Monti ocupa la co coordinación Juvenil Metropolitana. Este concepto fue completado por la propia Ailín Monti, que señaló que "se vivió un clima de empatía y de respeto por el otro, la opinión del otro, sin importar el credo y la religión... no había etiqueta, ni estereotipo y todos se acercaban libremente". Esto fue lo más destacado por los participantes, que sintetizaron el intercambio como "lo más nutritivo" del campamento.

Red de Comunicaciones - LAC
 

Detalle central del mural con la rosa de Lutero. Foto: Ailin Monti
Mural completo con todos los elementos que los y las participantes destacaron. Foto: Ailin Monti
Los momentos de compartir la mesa son espacios muy espirituales en los campamentos de juveniles de la IERP. Foto: Derek Ocampo
A pesar del frío, se realizó el tradicional fogón durante la última noche. Foto: Ailín Monti
Los jóvenes lograron encontrar espacios de espiritualidad en cada una de las cosas que realizaron. Foto de uno de los momentos de devocional.