Decisión de Kenia de terminar con la acogida a personas refugiadas incrementará los riesgos para miles de personas

Dadaab es el campo más grande de personas refugiadas en el mundo con una población de más de 350,000 personas. En el campo Kambioos, la FLM cuenta con zonas dedicadas a niñas que ofrecen actividades y protección. Foto: FLM

GENEVA Mayo de 2016 (LWI) – La Federación Luterana Mundial (FLM) se encuentra entre las organizaciones no gubernamentales (ONGs) que urgen al gobierno de Kenia a reconsiderar su intención de cerrar los campos para personas refugiadas y disolver su Departamento para Asuntos de Refugiados.

“El cierre de los campos de personas refugiadas significará un incremento del riesgo de protección para miles de personas refugiadas y de personas que solicitan asilo – [la] mayoría son mujeres, niños/as y menores no acompañados” dijeron las once ONGs en un comunicado conjunto el 10 de Mayo. Las organizaciones hicieron un llamado a Kenia para seguir ajustándose a la protección y los derechos de personas refugiadas, muchos de los cuales podrían estar propensas a las violaciones de los derechos humanos.

El Ministerio del Interior de Kenia en un comunicado del 06 de Mayo citó los “inmensos desafíos de seguridad” y la lentitud de la repatriación de las personas refugiadas de Somaia como factores para la decisión de que la “acogida a las personas refugiadas tenga que llegar a su fin”. Se dijo que los campos en Dadaab y Kakuma serían cerrados “a la brevedad posible”.

Las NGOs argumentaron que un cierre abrupto de los dos campos podría desencadenar una catástrofe  humanitaria para el este de África ya que otros países en la región están sobrellevando enormes poblaciones de personas refugiadas. Han animado al gobierno a continuar con sus enfoques sostenibles tales como el incremento de la vigilancia en los campamentos y comunidades de acogida a fin de facilitar el intercambio de información oportuna, la mitigación y respuesta a las amenazas de seguridad.

Disolver el Departamento de Asuntos de Refugiados crearía un vacío crítico en la coordinación en términos de prestación de servicios a personas refugiadas incluyendo la repatriación voluntaria indicaron las NGOs.

Además de los continuos procesos de la restauración de la paz en Somalia y Sudán del Sur, de donde provienen la mayoría de personas refugiadas,  la situación en esos países continúa “grave y frágil” con desplazamiento continuo.

Las leyes sobre personas refugiadas y los regímenes para asilo fueron atacados especialmente en Europa indicaron las ONGs. Urgieron a Kenia a “no seguir ese camino sino el de seguir acogiendo a más personas refugiadas  con más asistencia de la comunidad internacional”.

Incidiendo por las personas refugiadas

El Secretario General de la FLM, Rev. Dr. Martin Junge dio la bienvenida al pronunciamiento de las ONGs y reiteró el reconocimiento de la hospitalidad de Kenia hacia las personas buscando refugio en contextos de conflicto y desastre ambienta durante varias décadas.

La FLM continuará incidiendo por la protección de personas refugiadas. “La carga de recibir a personas refugiadas debería ser compartida y la comunidad internacional debería proveer apoyo financiero adicional para los programas de refugiados” dijo Junge.

Se expresó preocupación por el deterioro del compromiso de la comunidad internacional y de los Estados de respetar su deber de proteger a las personas refugiadas confirmados en la Convención de Ginebra sobre Refugiados. “Los firmantes de esta convención no deben actuar como si nunca lo hubieran hecho o si como la Convención nunca existiera” añadió.

Kenia recibe cerca de 600,000 personas refugiadas principalmente en los campos de Dadaab en el noreste y Kakuma en el noroeste los cuales fueron creados en la década de 1990. La cifra incluye a más de 40,000 somalíes, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) sobretodo en Dadaab. Kakuma cuenta con alrededor de 185,000 personas refugiadas en su mayoría del sur de Sudán, sudaneses y somalíes.

La FLM sirve a cerca de 2.3 millones de personas refugiadas alrededor del mundo en colaboración cercana con ACNUR. Su programa en Kenia y Djibouti ayuda a personas refugiadas en Dadaab, Kakuma y en Djivouti mientras que los programs en Chad, Burundi, la República Democrática de Congo, Etiopía, Mauritania, Sudán del Sur y Uganda reciben a personas que huyen de los conflictos ocurriendo en la región.