Mujeres de los Territorios Chortí en Chiquimula afirman Vida

Mujeres Chortí de la Comunidad Matasano. Foto: J.P. Álvarez

Zacapa/GUATEMALA (LWI) – En el marco de la visita de la delegación conformada por miembros de la Iglesia Luterana La Gracia, la Iglesia Luterana San Paul, y la Primera Iglesia Presbiteriana de Davenpot, Iowa, y la Iglesia Luterana Trinidad de Moline, Illinois a las mujeres Indígenas Chortí en Pacren y Matasano, ambas ubicadas en el municipio de Jocotan en Chiquimula, la visita ha podido conocer la realidad vinculada a la situación de sequía los días 17 y 18 de Julio.

La sequía, que se ha intensificado durante los dos últimos años, es ya una realidad que afecta a las poblaciones en la región durante seis años. Los efectos se ven en la plantación de maíz, frijol y otros productos que sirven como alimento básico a las poblaciones. No obstante, las mujeres Chortí han aprendido a usar plantas resistentes a la seca como el mango, papaya, naranja, níspero. El manejo de la producción natural, sin agro tóxicos, ha permitido también continuar con la siembra de plantas como la chaya, moringa, morera, oroco, nopal, malanga que se  usan en la alimentación. La malanga, por ejemplo, suplementa al maíz, al igual que la yuca.

El gobierno de Guatemala ha determinado la situación de los últimos años como de calamitosa y de hambruna. No obstante, las mujeres Chortí indican que en sus territorios no hay hambruna. En medio de las adversidades producen su alimentación a través de sus sabidurías ancestrales y con la ayuda de la ILUGUA siendo así culturas sostenibles. Las mujeres usan de manera sabia el sembrío de alimentos ancestrales y tradicionales que ha permitido afirmar sus habilidades para alimentar a las poblaciones actualmente.

“La visita nos ha ayudado porque a ellas les permiten conocer de cerca lo que vivimos y de esta forma pueden apoyar nuestras luchas”, indicó  María Corina Ramírez Hernández de la Comunidad Matasano, Jocotán en Chiquimula. El acompañamiento y visita resulta en un “apoyo moral y hace que nuestra propia cultura pueda ser expuesta. Aparte, la visita nos ha contado las historias de su país, dejándonos materiales para contar historias a las niñas y niños y a refrescar nuestra vida. Estos momentos nos motivan emocionalmente y gradecemos mucho por la visita recibida que ha sido una bonita sorpresa que trajo alegría a las compañeras” expresó Ramírez.

Las personas visitando han expresado admiración sobre cómo las mujeres Chortí pues ellas deciden cómo trabajar en los huertos familiares. “Dijeron que lo que no habían aprendido de sus antepasados, lo aprendieron de la capacidad de vida de las mujeres Chortí quienes les mostraron la forma de mantener y usar la yuca, que viene a ser un suplemento alimenticio y vital para estos tiempos en sus comunidades” agregó Ramírez.

El aprendizaje que las mujeres han tenido de los huertos familiares ha sido una práctica de fortaleza frente a la situación de pobreza. Los huertos familiares fueron y continúan siendo una oportunidad de contar con alimentos frescos antes de comprarlos en las despensas o tiendas. Ramírez informa que “solamente se usan las despensas para comprar productos de limpieza”. En los huertos también se producen plantas medicinales como la albahaca, nopal, sábila, té limón, romero, jengibre, moringa, uña de gato, granadilla, limón, etc.

El aprendizaje de los beneficios de las plantas naturales para la alimentación, el uso de semillas resistentes, el uso efectivo del agua se dio mediante el intercambio entre campesina-a-campesina promovido por la Iglesia Luterana Guatemalteca (ILUGUA). El intercambio también incluyó técnicas, experiencias, sabidurías agrícola indígena y campesina, semillas nativas y la diversificación de cultivos.

Con el objetivo de recuperar e intercambiar los conocimientos ancestrales, junto a técnicas del uso del agua y tierra, la ILUGUA promueve este proceso práctico entre pares que afirma el valor por la vida y la buena relación con la creación.

Red de Comunicaciones LAC