“Sin haberlo pensado, nos hemos iniciado en la iglesia electrónica”

Revda Adita Torres, Pastora Presidenta de la Iglesia Luterana del Perú (IL-P) comparte su mirada sobre la iglesia y los desafíos en el actual contexto de pandemia. Foto: FLM/Patricia Cuyatti

 

De acuerdo al Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (JHU), Perú tiene 285,212 personas con COVID-19 y 9,677 fallecidas (información 01/07/2020). El gobierno peruano fue uno de los primeros en tomar medidas estrictas en la región. No obstante, en los últimos meses, el contagio se ha expandido. El sistema de salud se ha afectado debido al colapso de espacios y a la escasez de oxígeno. Gradualmente, el gobierno peruano trabaja para entrar en tercera fase y reactivar su economía.

Las Iglesia Luterana del Perú (IL-P), miembro de la Federación Luterana Mundial, junto a otras comunidades religiosas ofrece apoyo espiritual, emocional y diaconal. En la entrevista, la Revda. Adita Torres, Pastora Presidenta de la IL-P comparte los aprendizajes durante el COVID-19 y ofrece testimonio de sus colegas y de personas laicas analizando la situación de la iglesia y la respuesta a la pandemia. 

En marzo, luego de confirmar el primer contagio de COVID-19, el gobierno peruano decretó su primera cuarentena. ¿Qué ha significado esto para la IL-P?

A partir de las normas dadas por el Gobierno Central declarando cuarentena, distanciamiento social y prohibición de reuniones presenciales, la Conferencia Pastoral y el Consejo Directivo de la IL-P acordamos enviar una Carta Pastoral ante la situación de emergencia a todos los consejos directivos de las congregaciones. En ella se compartió que, dando seguimiento a las normas dadas por el Gobierno, todos los servicios en la Iglesia quedaban suspendidos hasta que se levante el estado de emergencia y que nos mantendríamos unidos en oración. A dos semanas de cuarentena, emitimos lineamientos para la atención pastoral en las diferentes regiones por el aislamiento social a nivel nacional. Y por semana Santa acordamos grabar nuestras prédicas y compartirlas por Facebook. 

¿Qué ha significado hacer misión en tiempo de pandemia?

Fue una de las preguntas que nos hicimos en la Conferencia Pastoral y aparte de las prédicas dominicales, devocionales compartidos con todas las congregaciones, tomamos la decisión de escuchar al liderazgo para que con su Pastor/a definieran las formas de mantenerse comunicados. Las congregaciones optaron por usar la tecnología informática (Facebook, WhatsApp y Zoom) para continuar la misión de Dios a través de los cultos dominicales, grupos de oración, reuniones de capacitación en: Consejo Directivo, Conferencia Pastoral, coordinar, planificar, ejecutar y monitorear el trabajo diaconal frente a las grandes necesidades en todas las comunidades. Las personas voluntarias del Programa de Ayuda Humanitaria visitaron familias a fin de entregar las donaciones en alimentos, especialmente a familias de migrantes, que como Iglesia atendemos.  Todo se hace con el adecuado cuidado de bioseguridad manteniendo la distancia física, usando guantes y mascarillas, y lavándose las manos.

¿Cómo ha afectado las restricciones al país y especialmente a la IL-P? 

Se ha hecho posible el acompañamiento personal y familiar en nuestras congregaciones. No al 100% como quisiéramos, pero en su mayoría.  El uso de la tecnología tiene ventajas porque dinamiza la participación juvenil y enseña a las personas adultas.  Sin embargo, las mujeres y las personas mayores tienen dificultad para entrar a las reuniones porque cuentan con equipos básicos que sólo les ayuda para llamadas o el uso de WhatsApp. 

La Pastora Yoli Zavaleta que trabaja en la ciudad de Iquitos en la Amazonía Peruana ha compartido: "No he podido realizar visitas a los hogares como lo hacemos regularmente debido a las restricciones en el transporte local y sumado a la cuarentena está el temor al contagio.  En Iquitos, los primeros meses de la pandemia había varias restricciones, y fue el primer departamento en decretar el toque de queda.  Hasta el momento a la gran mayoría no se les permite trabajar, y la situación de sus familias es muy difícil. A la precariedad económica familiar se suma el alza de los precios de los productos de primera necesidad".
    
¿Cómo se han organizado y cuáles son los aprendizajes? ¿Cómo coordinan a nivel nacional?

Antes de la emergencia, el Consejo Directivo y la Conferencia Pastoral se reunía mensualmente. Ahora se tiene de dos a tres reuniones por mes. A nivel nacional se coordina por teléfono, e-mail o zoom. En el camino hemos ido aprendiendo a usar los diferentes medios sociales. El principal aprendizaje está relacionado a la necesidad de formación permanentemente del liderazgo voluntario.  Cada congregación debe contar con un equipo personal equipamiento para apoyar a la comunidad principalmente en su sobrevivencia. Cada congregación debe estar preparada para situaciones de desastre. El número de personas infectadas y fallecidas ha incrementado. ¿Cómo trabajan la pérdida de seres queridos sin un proceso propio de luto? A la fecha Perú se convierte en el sexto país del mundo con 285,212 personas contagiadas y 9,677 personas fallecidas. En nuestra cultura, enterrar a nuestros muertos es todo un ritual que dura de dos a tres días y la vecindad acompaña a los deudos. Con la pandemia sólo se tiene unas horas en casa y la vecindad despide desde lejos. Los familiares directos tampoco pueden despedirse cuando son internados en los hospitales.

Vivir esta experiencia es dolorosa y traumática. Aquí, el uso de las redes sociales vino a ofrecer espacios para expresar nuestro pesar, solidaridad, amor a la familia, amistades, hermanos y hermanas. Usamos la tecnología para grabar mensajes de amor, consuelo y esperanza para la familia, y a su solicitud, celebramos un culto en memoria de la persona querida que partió. La familia de Jackelyn, una mujer joven de la Congregación Filadelfia, perdió al abuelo y un tío materno en menos de un mes. Gloria y Julia perdieron primero su padre y a los ocho días la madre. Y así, día a día van aumentando los números de personas fallecidas. Iquitos es una de las ciudades donde cientos de personas han perdido la vida por falta de oxígeno y su elevado costo. En la Congregación “Vida Nueva” el Pastor y e Vicario acompañaron a los familiares de nuestro hermano fundador de la Congregación Desiderio Tafur quien falleció de Covid-19 el 21 de mayo, brindándole acompañamiento emocional y espiritual vía telefónica.

La iglesia ha cambiado su forma de servir ¿cómo ve la tarea pastoral y el rol público de la iglesia a futuro?

Sin haberlo pensado nos hemos iniciado en la “Iglesia electrónica”. Hay una mayor participación del liderazgo en este aprendizaje y son los jóvenes que aportan con sus conocimientos de TICs. ¡Todo ha cambiado! Desde los horarios en que nos reuníamos, el saludarnos de “lejos”, y el no poder darnos un abrazo. La Pastora Yoli ha dicho “siento que ahora nos necesitamos más que antes”; nos necesitamos al reunirnos a puertas cerradas, al compartir la palabra y también el pan, sobre todo con quienes más lo necesitan. Sin haberlo pensado nos hemos vuelto una Iglesia más visible, porque no sólo ofrecemos la Palabra, sino que la ponemos en práctica a favor de la persona más necesitada.

¿Cuáles serán las necesidades, una vez el gobierno levante las restricciones? 

Una consecuencia directa de la pandemia y el aislamiento se refleja en la quebrantada economía nacional. Por lo tanto, la pobreza económica en los miembros de las congregaciones se hará notoria. Ante esta situación, será necesario organizarnos para ayudar a las familias a desarrollar ingresos a partir del autoempleo, los micro-emprendimientos cuidando la línea que limita la ilegalidad.
Debemos fortalecer y promover los comedores y botiquines populares para brindar primer auxilio a la población con problemas de salud. Hay que continuar la campaña de difusión de medidas de protección frente a la contaminación por el coronavirus y consolar a las familias que han perdido a sus seres queridos durante el aislamiento.