Se cumplen 200 años del primer cementerio protestante de Argentina

Uno de los pasillos del Cementerio Alemán de Buenos Aires, durante una ceremonia religiosa realizada en 2019. El sitio es testigo histórico de décadas y se constituye como un espacio de mucho valor, tanto para la iglesia como para la sociedad argentina. Foto: FLM/Eugenio Albrecht

 

BUENOS AIRES / Argentina (LWI) – A comienzos de este año se cumplieron 200 años del primer cementerio protestante de Argentina, que estaba constituido por los hoy Cementerio Alemán y Cementero Británico, del Barrio de Chacarita de la ciudad de Buenos Aires. El sitio es testigo de una sociedad porteña de finales de los tiempos hispánicos, donde el monopolio del culto público lo retenía la Iglesia Católica, por lo que protestantes que perdían a un ser querido debían atravesar por momentos de incertidumbre y angustia, debido a que los cementerios estaban destinados exclusivamente para los adherentes a la fe católica.

Estaba previsto una celebración presencial, pero la situación sanitaria y las restricciones no lo permitieron. Sin embargo, está programado el pronto lanzamiento del libro “Cementerio Alemán/CEABA”, una recopilación histórica realizada por el Dr Oscar Andrés De Masi, Asesor en Historia y Patrimonio, que analiza y detalla los diferentes momentos que dieron origen del Cementerio Alemán de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA), perteneciente a la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), así como su desarrollo a lo largo del tiempo. El sitio tiene un valor social muy importante y alberga innumerables protagonistas de la historia, no sólo de las iglesias, sino también de la sociedad, el deporte y la cultura local.

"Hay mucha historia involucrada en el cementerio", señaló Andrea Rodriguez, presidenta de la CEABA, en tanto describió que "al caminar por el lugar, se ven los apellidos y nombres de las personas que han tenido una injerencia en la iglesia". Sobre el significado del espacio hoy, detalló que "es un lugar donde honrar a quienes han partido, allí están nuestras raíces y parte de nuestro legado", ya que "descansan muchísimas generaciones de personas que han construido o participado en la Iglesia". "Cada nombre que se ve en una lápida tuvo incidencia en el hoy y es parte de nuestra historia". Rodriguez considera además que "es una oportunidad para hacer misión", debido a que "hay personas que llegan atravesadas por situaciones muy difíciles y es un lugar abierto a todas las nacionalidades, religiones y credos". "No todos los sepultados son de la iglesia, pero sí la congregación, tiene la oportunidad de ser parte de muchas familias, al brindarles un lugar donde recordar a sus fallecidos", finalizó.

El cementerio surge en un momento en que solo los protestantes que se la ingeniaban, tenían el privilegio de ser enterrados en un cementerio católico y tal como lo señala el Dr Oscar Andrés De Masi, en un adelanto de su libro “Cementerio Alemán/CEABA”, en marzo de 1821 los británicos, norteamericanos y alemanes, comenzaron a enterrar a sus difuntos en un terreno ubicado entre la iglesia del Socorro y la ex quinta de Maza , en la manzana de las calles del Socorro (hoy Juncal), Esmeralda, Arenales y Suipacha de la ciudad de Buenos Aires. Era un predio angosto de 16m x 68 metros, dotado de una pequeña capilla, y donde los oficios se realizaban según el rito metodista, a cargo de un seglar. Entre tanto, luego de que los ingleses comenzaron las gestiones de un permiso para conseguir un lugar y la recaudación de dinero para su compra y que no tuvieran el éxito esperado, los promotores decidieron incluir a otros protestantes, entre ellos alemanes luteranos, presbiterianos y metodistas.

Para la autorización del cementerio debió pedirse dictamen eclesiástico, otorgado por el Presbítero Dr. Antonio Sáenz en febrero de 1821, sosteniendo que, siendo "laudable" el pensamiento inspirador de la petición, no existía ningún principio católico romano que se opusiera "a la inhumación decente que se debe a los cadáveres, sea cual fuere la creencia que los individuos tuvieron viviendo". El gobierno concedió prontamente el permiso, deseoso de complacer el legítimo anhelo de los protestantes y fomentar la instalación de cementerios públicos. La compra del terreno lindero a la iglesia del Socorro quedó formalizada el 3 de marzo de 1821, y varios días después se realizó, con apuro, el primer entierro.

Ese primer enterratorio estaba rodeado, en parte, de un muro sobre la calle del Socorro, donde había un portón de entrada. Tuvo efímera existencia y relativamente pocas inhumaciones, en razón de su limitada capacidad y fue cerrado en diciembre de 1833, cuando los protestantes de Buenos Aires ya disponían de otro terreno al oeste del centro. Sin embargo, recién en 1884 se procedió al traslado de sepulturas, restos, lápidas y monumentos al nuevo enterratorio y, finalmente, en 1892, la instalación del Cementerio de Disidentes en la Chacarita y su desdoblamiento en 1915 en los actuales Cementerio Alemán y Cementero Británico. Se trata de la singular continuidad, ahora bicentenaria, de una iniciativa privada al servicio de dos comunidades radicadas en la Argentina desde los albores de la independencia Argentina y hoy asimiladas plenamente al país.

Red de Comunicaciones – LAC