Perú: Fortaleciendo el liderazgo para una iglesia y comunidad sostenible

El líder laico Ernesto Huayta Girón (extremo derecho, primera fila), presidente de la congregación Cristo Salvador, Iglesia Luterana del Perú, con otros miembros de la iglesia. Foto: ILP

 

(LWI) – Ernesto Huayta Girón dice que su vida como indígena quechua ha estado marcada por "perseverancia y adaptación a nuevos entornos". Nacido en la región sureña de Ayacucho, Perú, el hombre de 86 años ha vivido en diferentes distritos de la capital Lima: La Victoria, San Miguel y ahora San Juan de Miraflores, donde es presidente de la congregación Cristo Salvador, Iglesia Luterana del Perú (ILP). El líder laico de la ILP reflexionó sobre la importancia de la formación en liderazgo para su congregación, compuesta principalmente por “adultos mayores”, y ahora se centra en atraer a jóvenes líderes “para asegurar la continuidad en las próximas décadas”.

Una comunidad para servir “Mi relación con Cristo Salvador comenzó gracias a mi esposa, ya que la congregación estaba cerca de nuestra casa. Ambos decidimos confirmarnos en la fe luterana”, recordó. “Ese fue un momento importante en mi vida, porque no solo abracé la fe, sino que también encontré una comunidad a la que servir”, señaló. Con el tiempo, asumió posiciones de liderazgo, primero como vicepresidente y luego como presidente.

Pero liderar no siempre fue fácil en medio de tensiones internas, divisiones y desafíos económicos. La congregación se vio “sumida en la incertidumbre” y en la duda sobre “mantener este espacio de fe y comunidad” después de que una transición de liderazgo complicara su proceso de registro. En 2024, la ILP propuso una formación de “acompañamiento pastoral”, que la Federación Luterana Mundial (FLM) apoyó a través de su programa de Proyectos de Iglesias Miembros.

Girón fue uno de los líderes de la congregación que se capacitó en administración, procedimientos legales, consejería y otros aspectos que, según él, "marcaron un antes y un después" para Cristo Salvador. Aprender la importancia de mantener registros, incluyendo listas de miembros y actas, y finalmente "lograr la inscripción legal de nuestra congregación me dio la seguridad que necesitaba para retomar las riendas del liderazgo", recordó.

Al final, la capacitación no se trató solo de los aspectos burocráticos, dijo el presidente de la congregación de la ILP. "Se trata de asegurar la continuidad de nuestro trabajo espiritual, garantizando un futuro estable para nuestra iglesia y sentando un precedente para otras congregaciones luteranas." Girón añadió que a su edad, "la responsabilidad no es solo liderar; es servir, adaptarse y construir un futuro sólido para todos los que forman parte de esta comunidad de fe."

Expresando su gratitud por el apoyo de la FLM, dijo que el proyecto de acompañamiento pastoral fue un estímulo "para pensar en el futuro y preparar el terreno para que las nuevas generaciones—que hoy están ausentes pero serán indispensables mañana—tengan un espacio donde puedan asumir responsabilidades." Aunque los jóvenes líderes aún no están involucrados activamente, "ahora tenemos las herramientas necesarias para atraerlos, capacitarlos y acompañarlos en su crecimiento. De esta manera, aseguraremos la continuidad de la congregación en las próximas décadas," concluyó. El compromiso de la FLM a través de proyectos de iglesias miembros empodera a las iglesias de la comunión para abordar desafíos locales e identificar nuevas oportunidades. Equipar a los líderes de la iglesia con la capacitación y las herramientas esenciales para servir contribuye a una transformación significativa a nivel congregacional y comunitario.

Este proyecto demostró "cómo puede verse la esperanza en un contexto particular de una congregación, cuando cuestiones mundanas como asegurar el registro adecuado e inversiones estratégicas en liderazgo crean un sentido de propósito para el futuro," señaló Rebekka Meissner, Ejecutiva del Programa de Proyectos de Iglesias Miembros de la FLM.