Obispo de Costa Rica se une al Gobierno

Obispo Melvin Jiménez. Foto: FLM/S. Gallay

Un Tiempo de Kairos

La Iglesia Luterana Costarricense (ILCO) ha expresado alegría por la designación de su Pastor Presidente, Obispo Melvin Jiménez como Primer Ministro en el nuevo gobierno en Costa Rica después de las elecciones en Abril.

El Director Ejecutivo de la ILCO, el Rev. Carlos Bonilla Avendaño expresó la esperanza de que el nombramiento del Obispo Jiménez ayude a promover la justicia social, el diálogo, el consenso y la defensa de los derechos humanos en el nuevo gobierno.

Jiménez fue consagrado como primer Obispo Luterano de Costa Rica el año 2008. Ordenado en 1990, fue un líder joven y apasionado defensor de la ética y la educación cristiana. Desde el año 2000 fue presidente de la Iglesia. El Obispo Jiménez es conocido en la región como líder de la iglesia y a favor de las personas marginalizadas y oprimidas.

Del 2008 al 2011, Jiménez sirvió como Moderador de la Conferencia de Obispos y Pastores/as Presidentes/as de las iglesias miembro de la Federación Luterana Mundial en América Latina y el Caribe. La ILCO cuenta con 1287 miembros en 30 comunidades de fe en el país.

Mientras experimentamos la pérdida de la experiencia, el conocimiento y la sabiduría del Obispo se espera que la presencia de Jiménez en el gobierno se vea reflejada en las políticas que favorecen a las minorías y las poblaciones desfavorecidas dijo el Rev. C. Bonilla.

El directorio de la iglesia ha aceptado la renuncia de Jiménez y le concedió una licencia mientras se desempeña en el gobierno dándole también todo su apoyo. En su ausencia, la iglesia continuará su reestructuración que comenzó hace dos años con la ayuda del Programa Sustentabilidad de la FLM.

El Rev. C. Bonilla agregó que la ILCO está en un tiempo de kairos. “Hoy, Dios nos llama a profundizar el camino iniciado por el Obispo Jiménez – la construcción de un iglesia con identidad Luterana clara y profunda, una iglesia de los pobres y excluidos, una iglesia reformada en transformación permanente nutriendo y alimentado la comunión Luterana global” concluyó.