Las organizaciones tienen que promover la confianza de las mujeres

Maria Immonen, directora del FLM Servicio Mundial. Foto: FLM

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria: Entrevista a Maria Immonen, directora del Servicio Mundial.

#WomenHumanitarians

GINEBRA (LWI) – El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria se focaliza en quienes trabajan en organizaciones humanitarias y de desarrollo, a menudo en entornos difíciles y peligrosos, para apoyar a víctimas de conflictos armados o desastres naturales. En 2019, el foco se pone en las trabajadoras humanitarias, que se enfrentan a dificultades concretas, pero también aportan talentos excepcionales para servir a personas necesitadas, afirma Maria Immonen, directora del FLM Servicio Mundial. En esta entrevista de la Lutheran World Information (LWI), llama a las organizaciones a apoyar y respaldar a su personal en entornos más tradicionales.

¿La labor humanitaria de las mujeres difiere de aquella de los hombres y si es así, por qué?

Actualmente, el FLM Servicio Mundial cuenta con 8.000 efectivos de personal en el mundo entero y estamos orgullosas/os de cada una y cada uno de ellos. Todos trabajan con las poblaciones objetivo, en circunstancias exigentes y bajo mucha presión, cuyas necesidades siempre son mayores que nuestra capacidad de responder a todas ellas.

En el campo humanitario, muchas dificultades laborales son las mismas para mujeres y hombres: trabajar lejos del hogar y, por lo general, sin que la familia los acompañe, desenvolverse en entornos operacionales que son estresantes y a menudo peligrosos, y cumplir plazos imposibles.

También es cierto que algunos elementos de la labor de campo conllevan dificultades suplementarias para las mujeres que, con frecuencia están expuestas a un riesgo más alto de violencia sexual, por ejemplo, o suelen ser despedidas o acosadas por personas de su entorno a quienes les incomoda que las mujeres ocupen puestos de autoridad. En la FLM, la igualdad de trato de todo el personal es un hecho, de ahí que, en la organización, el sexo no determine los niveles de salarios ni de otras prestaciones.

¿Hay áreas laborales en las que trabajar con mujeres supone una ventaja concreta?

En general, lo ideal es que los equipos siempre estén integrados por hombres y mujeres. Visto que las personalidades pueden complementarse mejor unas a otras, en nuestra labor tener hombres y mujeres trabajando juntos, aporta una comprensión más amplia y una respuesta más matizada a las situaciones. A veces, contar con equipos integrados únicamente por mujeres también puede ser beneficioso, en particular, cuando tenemos que ocuparnos de violencia sexual o de género. A las víctimas de violación les puede resultar más fácil hablar con otra mujer y obtener apoyo de otras víctimas cuando comparten su experiencia.

En nuestra labor de protección con refugiadas, la violencia sexual y de género es un área prioritaria donde las mujeres, cuando pueden unirse en grupo, también se sienten capacitadas y más determinadas a plantear cuestiones difíciles y sensibles desde el punto de vista cultural que en otros grupos más diversos.

Cabe recordar que las cuestiones de salud sexual y salud materna, sobre todo en lo que se refiere a niñas y mujeres, también tienen que ser comprendidas por los niños y los hombres de la comunidad, pues el bienestar de las mujeres tiene un enorme impacto en el bienestar de la sociedad en su conjunto y no pueden ser abordadas únicamente por las mujeres.

¿A qué dificultades específicas se enfrentan las mujeres en este campo?

En algunos contextos del campo profesional, ganarse el respeto y la confianza de las autoridades o de las ancianas y los ancianos de la comunidad puede ser exigente para la mujer. Al respecto, el apoyo organizacional para promover la confianza de las colegas y asignarles roles que solían ejercer hombres es muy importante.

El apoyo organizacional para promover la confianza de las colegas y asignarles roles que solían ejercer hombres es muy importante.

     – Maria Immonen, directora del FLM Servicio Mundial

Las dificultades específicas también pueden guardar relación con la protección y seguridad personal, por ejemplo, los riesgos de acoso y violencia sexual en zonas apartadas. Afortunadamente, se habla cada vez más de estos problemas y mujeres y hombres están más al tanto de la situación y pueden ayudarse mutuamente a fin de crear condiciones de trabajo seguras para todo el personal.

¿Cuántas mujeres del personal de la FLM hacen trabajo de campo y qué se está haciendo para satisfacer sus necesidades específicas?

La FLM en su conjunto se esfuerza por el equilibrio de género en la fuerza de trabajo y en los últimos años se ha avanzado mucho al respecto. Estamos muy orgullosas/os de que, en 2018, las mujeres representaran el 40 por ciento de nuestra fuerza de trabajo global y también del aumento del número de puestos de dirección que ocupan en toda la organización. Además, las mujeres son el 50 por ciento de nuestros representantes.

Las principales áreas en las que abordamos específicamente problemas relacionadas con el género respecto al deber de asistencia están relacionadas con la protección y la seguridad de nuestro personal y disponemos de medidas adecuadas para adaptarse a licencias por maternidad y políticas de recursos humanos favorables a la familia con el objetivo de que más mujeres puedan encontrar el equilibrio entre vida laboral y vida privada.

La protección del espacio humanitario ha sido un problema en los últimos años. ¿Dónde estamos este año en que se cumplen el 70° aniversario de los Convenios de Ginebra y el 10° del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria?

La situación no ha mejorado, más bien lo contrario. En muchas zonas de conflicto armado vemos flagrantes violaciones del DIH, ataques a trabajadores humanitarios e irrespeto de civiles en medio de acciones bélicas. La necesidad de defender los Convenios de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) es hoy más evidente que nunca. No se puede impedir que los trabajadores humanitarios lleven a cabo su labor de salvar vidas y mucho menos permitir que se conviertan en blanco de ataques.

Los miembros de personal nacional suelen correr más riesgo que nuestras/os colegas internacionales porque ellas y ellos siempre están en primera línea y expuestos a las situaciones más peligrosas. La amplia mayoría, más del 90 por ciento, del personal de la FLM trabaja en su propio país o su propia región. La FLM defiende con firmeza su derecho a un trabajo digno, sin temores, y al servicio de las personas más necesitadas.