La obispa presidenta de la ELCA responde a la decisión de trasladar la Embajada de Estados Unidos en Israel

6 de diciembre de 2017

Estoy profundamente perturbada al conocer los planes de la Administración Trump de trasladar la Embajada de  Estados Unidos en Israel lejos de Tel Aviv a Jerusalén. Desde hace tiempo, la ELCA considera que debe alcanzarse un acuerdo de estado final negociado, que incluya una “Jerusalén compartida”, sin acciones unilaterales de ninguna parte que pueda perjudicar el resultado de negociaciones.

Esta acción unilateral no respaldaría la causa de la paz y una solución de dos Estados, sino que generaría innecesariamente nuevas tensiones y posibles actos de violencia que harían esfuerzos para unirlas para que las conversaciones fueran mucho más difíciles. Como mi hermano en Cristo y colega, el obispo Munib Younan de la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa, ha dicho a menudo, la seguridad de los israelíes depende de la libertad de los palestinos y la libertad de los palestinos depende de la seguridad de los israelíes. Esta acción propuesta haría que ambos sean más inseguros.

Proceder con este plan solo aislará más a nuestra nación del movimiento global por una paz justa para judíos, cristianos y musulmanes en la región y la política de nuestra iglesia que busca el fin de la ocupación, el fin del terrorismo y la violencia, y en última instancia, el establecimiento de un estado palestino viable y contiguo. Dado que el anuncio es una de intenciones, llamo al presidente para que rescinda este plan y continúe centrándose en la capacidad de nuestra nación para contribuir de manera constructiva a un arreglo pacífico del conflicto entre israelíes y palestinos. Junto con otros socios interreligiosos, continúo dispuesta a discutir con el presidente las formas de llegar a una solución pacífica del conflicto israelo-palestino.

Sinceramente,