La IELU conmemora 33 años de la Ordenación de Mujeres

Pastora Eva Ross realizando un Bautismo. Foto: Rev. Gustav Gómez Pascua

Buenos Aires/ARGENTINA (LWI) – La Iglesia Evangélica Luterana Unida  (IELU) de Argentina y Uruguay está celebrando en 2015 los 33 años de la ordenación de las mujeres al Ministerio Pastoral. Esa decisión fue tomada durante la Asamblea General de 1981, que se llevó a cabo en la ciudad de Eldorado, al Noreste de la República Argentina.

Unos 40 delegados, laicos y clérigos, participaron de esa histórica Asamblea y algunos de sus protagonistas hoy recuerdan que el tema se venía trabajando desde 1978. David Calvo había integrado junto a Juan Čobrda, John Stumme y Samuel Acedo la comisión de pastores designada por la IELU para considerar el tema. “Trabajamos sin presiones. Al final del proceso de estudio sobre el Nuevo Testamento y el ministerio ordenado, llegamos a la conclusión de que no había impedimento alguno a la ordenación de mujeres al ministerio de la Palabra y los Sacramentos”, recuerda Calvo, cuya comisión finalmente preparó el  documento que fuera presentado al Ministerium (cuerpo pastoral de la IELU) y a la Asamblea de la Iglesia.

Posteriormente, otro grupo se había conformado en comisión para redactar la propuesta de resolución en la asamblea, siendo Andrea Linqdvist una de sus integrantes. “Yo era delegada de la congregación La Cruz de Cristo”, recuerda. “En las reuniones, las discusiones muchas veces se apoyaban en que las Sagradas Escrituras no mencionaban explícitamente el tema. Pero no había que olvidar que la época en que fueron escritas, era más bien machista. Quizás influyó el hecho de que a partir del Concilio Vaticano II, las Iglesias Cristianas empezaron a actualizarse en temas que nos atañen”, indicó Linqdvist respecto a las discusiones teológicas, la exégesis y el contexto de aquel momento.

“Luego de varias reuniones, la comisión que integraba junto al pastor Lisandro Orlov y otros más, redactamos una resolución. Y fui designada para presentarla en la Asamblea, donde finalmente prevaleció la propuesta” añadió Linqdvist. Por su parte, Calvo señaló detalles sobre el proceso de cambio que se fue llevando a cabo: “Al principio, algunas comunidades pudieron haber sido más reacias a recibir una mujer pastora. Pero tampoco había entonces tantas candidatas, y gradualmente esa resistencia, más al cambio que a las personas, desapareció”, señaló.

Los y las protagonistas de entonces también le otorgan una perspectiva actual a semejante punto de inflexión. “Lo que veo hoy, a la distancia, es que el tema ya está internalizado por todo el Sínodo”, dijo Linqdvist. “Así como fue, en su tiempo, toda una novedad la primera mujer integrante del Consejo Directivo de la IELU, resistido por la inercia institucional, también alguna vez fue novedad la ordenación de mujeres, que ha enriquecido a la comunidad eclesial y a su misión. Enriqueció nuestra visión de comunidad en la que aportamos, e incluso enriqueció la conducción institucional”, explicó Calvo, y concluyó: “Es tan natural y apreciado el trabajo de las mujeres ordenadas, tanto por sus capacidades profesionales como humanas, que no imagino hoy una IELU sin pastoras”. 

Lucas Veira Sand – Red de Comunicaciones IELU – LAC