Estudio Bíblico Marcos 7, 24 -30 "Para pensar el Día de las Madres"
GINEBRA (LWI) – En una nueva entrega del ciclo de estudios bíblicos, la Red de Mujeres y Justicia de Género de las iglesias luteranas de América Latina y Caribe de la Federación Luterana Mundial (FLM), compartió un material para ayudar a reflexionar sobre el “Día de las Madres”, que se celebró en muchos países este domingo 10 de mayo. El texto fue elaborado por la Rvda Dra. Marcia Blasi de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil (IECLB).
Desde la red señalaron que la celebración de este ha sido diferente, porque “la pandemia del coronavirus ha cambiado a la gente y su estilo de vida en todo el mundo” y “mucha gente no tendrá la oportunidad de visitar a sus mamás o no podrán”, mientras que otras “lloran la perdida de sus madres y de la gente que aman”. En ese sentido, apuntan a ayudar a reflexionar sobre el tema, analizando el texto de Marcos 7, 24 -30.
En el análisis se destacó que, en el continente, las mujeres muchas veces “son tratadas como perros, o algo peor y no se dan por vencidas y siguen luchando”. En ese contexto, “cuestionan, claman, luchan día a día para que sus hijas e hijos ´se curen´ de los demonios del hambre, miseria, violencia, enfermedades, falta de educación, pobreza”.
Al referir al texto bíblico, la pastora Marcia Blasi destacó que la mujer extranjera estaba en una situación muy difícil, estando su hija enferma. “Ella había escuchado las historias de Jesús y valientemente le pide ayuda”, siendo tratada groseramente por el propio Jesús. Sin embargo, ella desafío su respuesta, porque “quería ser incluida y sabía que Jesús podía salvar a su hija”. Blasi analizó que Jesús “cambia su mente y entiende que toda la gente que cree tiene un lugar entre su gente”. Lo que sucedió fue que él escuchó “el llanto de la madre y le anuncia que su hija ya está sana”.
Para finalizar, el estudio bíblico plantea una serie de preguntas para profundizar, agregando que “las acciones de Jesús son transformadas en realidad. En su amor y en su proyecto de vida, toda la gente ya tiene un lugar, especialmente aquellos que sufren más”. “En vez de comer las migajas debajo de la mesa, Jesús nos invita a sentarnos a la mesa, contar historias, hacer planes, construir nuevas relaciones y una nueva mesa donde todas y todos cabemos. Jesús sigue esperando, creyendo que somos gente capaz”, concluye.
Red de Comunicaciones – LAC
