El ayuno por el clima deja huella en el inicio de las negociaciones de la ONU

Foto: FLM/Sean Hawkey

La delegación de la Federación Luterana Mundial en la vigésima sesión de la Conferencia de las Partes (COP20) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebra en el Perú, ha sido el centro de atención con poderosas acciones simbólicas que han despertado el interés de los medios de comunicación y los/as negociadores/as.

En la víspera del inicio de la COP20, cientos de ayunadores/as por el clima se reunieron en una vigilia a la luz de las velas en recuerdo de quienes se ven afectados/as por los efectos del cambio climático. Christiana Figueres, secretaria ejecutiva del órgano de la ONU sobre el cambio climático (CMNUCC), participó en el acontecimiento junto con el presidente de la reunión de la ONU y ministro del Ambiente peruano, Manuel Pulgar-Vidal. Figueres habló conmovedoramente sobre la importancia de la participación de grupos religiosos en los debates sobre el cambio climático. Miembros de grupos cristianos, musulmanes, judíos, budistas y bahaíes, entre otros, tomaron parte en la vigilia y la procesión iluminada por velas.

Durante la vigilia, Figueres fue obsequiada con una vela como símbolo de la esperanza de que se tomen medidas urgentes sobre el cambio climático durante la reunión, y en la primera sesión plenaria de la COP, a la que asistieron diplomáticos/as de todos los países de la tierra, Figueres y Pulgar-Vidal mostraron la vela y la dejaron expuesta en el podio como símbolo de esperanza para la reunión.

La vigilia por el clima recibió cobertura mediática en todo el mundo a través de agencias de noticias como Reuters, AP, AFP, EFE y Xinhua, y de un amplio número de distintos medios de comunicación.

El día de la inauguración de la reunión de las Naciones Unidas era también un día de ayuno en el mundo entero, el que seguramente fue el mayor ayuno por el clima hasta la fecha. A medida que los miles de delegados/as de la ONU llegaban a la apertura de la reunión, los/as delegados/as de la FLM les entregaban folletos e insignias para invitarles a un ayuno especial a la hora del almuerzo. Los/as ayunadores/as por el clima se reunieron en la cafetería principal de la reunión de la ONU, con platos vacíos, en un acto simbólico que llamó la atención de los/as negociadores/as. Se dieron docenas de entrevistas a los medios y se mantuvieron debates positivos en público.

A lo largo del día, llegaron noticias de que aumentaba la participación en el Ayuno por el clima al sumarse muchos/as obispos/as anglicanos/as de todo el mundo, y los/as dirigentes políticos/as y religiosos/as de Tuvalu, país en el que se exhortó a la población entera a que ayunara por el clima. Wael Hmaidan, director de la Red de Acción por el Clima, que participó en este acontecimiento ayunando, dijo a las personas allí reunidas: “Ayunamos por el clima en solidaridad con las víctimas de los desastres climáticos y por el futuro de nuestros hijos y nuestras hijas”.

La Federación Luterana Mundial y la Red de Acción por el Clima ofrecieron una rueda de prensa oficial dentro del recinto de la ONU en la que intervinieron Martin Kopp de la delegación de la FLM, Laura Vargas del Consejo Interreligioso del Perú, Mohamed Adow de Christian Aid y Adam Greenberg del movimiento juvenil de las Naciones Unidas YOUNGO. Por último, se mostró un vídeo del negociador filipino Yeb Saño en el que este afirmaba: “Estamos pagando el precio del cambio climático con vidas humanas... ayunamos por el clima porque las circunstancias extraordinarias requieren medidas extraordinarias”.

Laura Vargas hizo hincapié en que “hay que tomar una decisión entre la vida y la muerte, y hemos decidido elegir la vida. Debemos conseguir que la próxima generación herede un mundo donde sea posible la vida”.

La siguiente fase del movimiento Ayuno por el clima ha dado comienzo a 365 días de ayuno, con una cadena de ayunadores/as en todo el mundo, que culminarán en los importantísimos acuerdos sobre el cambio climático de París en 2015.