COVID-19: Iglesias en LAC amplían aprendizajes para ser “iglesias más solidarias”

Foto: Instituto Sustentabilidad LAC / Scheila Dillenburg

Lecciones aprendidas mediante la educación "práctica" durante una pandemia

GINEBRA (LWI) - Después de una serie de reuniones bimensuales en línea, las y los líderes en posiciones de toma de decisión de las iglesias miembros de la Federación Luterana Mundial (FLM) en América Latina y el Caribe (LAC) establecen protocolos haciendo de las iglesias más solidarias y abiertas a formas alternativas de mantenerse conectadas con miembros de las congregaciones.

En una región con más de 10 millones de casos de COVID-19 y más de 400,000 muertes hasta fines de noviembre, las 19 iglesias de LWF en LAC se han visto negativamente afectadas por la pandemia del coronavirus. Durante su reunión en línea de noviembre, 15 lideresas y líderes de iglesias compartieron los desafíos actuales y lecciones aprendidas bajo el tema: "Sensibilizar – educar de manera práctica a las iglesias sobre protocolos relacionados con la pandemia y problemas contra la violencia".

Informando sobre la situación en la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil (IECLB), el Rev. Dr. Mauro B. de Souza - Segundo Vicepresidente de la iglesia, presentó cuatro enfoques que incluyen el acompañamiento pastoral y la respuesta al aumento de la violencia de género. El objetivo de IECLB es centrarse en una iglesia que "escucha, se preocupa por la vida; crea y mantiene lazos" dijo Souza. El cuidado incluye cursos continuos para pastoras y pastores y personas no ordenadas sobre cómo asistir a personas en luto cuando las restricciones impiden el acompañamiento a personas enfermas en los hospitales. “Hay un gran sufrimiento, un duelo reprimido y ninguna posibilidad de despedida”, señaló de Souza.

Respondiendo al aumento de casos de violencia de género, la IECLB trabaja en enfoques para “denunciar, orientar y educar” a su membresía sobre la violencia doméstica. Su campaña radial semanal “Por un hogar sin violencia” está dirigida al público en general y, a la vez, se ofrecen cursos de capacitación para pastoras/es y el liderazgo en la iglesia.

"Muchos dones" en la iglesia

Como la mayoría de las iglesias, las finanzas de la IECLB dependen de las ofrendas en los servicios de adoración y otras actividades que requieren presencia física. Cuando se suspendieron o redujeron las actividades como parte de las medidas de seguridad y prevención del coronavirus, esto resultó en dificultades financieras. Gradualmente, la iglesia ha desarrollado alternativas sostenibles como el revisar y ajustar presupuestos, nuevas formas de ahorrar fondos y utilizar sus recursos. “No somos una iglesia frágil: Dios nos da muchos dones”, indicó de Souza.

Los contactos telefónicos y en línea con miembros de las congregaciones que buscan acompañamiento pastoral han aumentado la participación de las personas en la iglesia, dijo de Souza. En una situación post-pandémica, la IECLB se enfocará en mantener lazos con sus miembros y simpatizantes tanto en persona como a través de la participación virtual.

La Pastora Danielle Dokman, de la Iglesia Evangélica Luterana en Surinam (ELKS) dijo que la iglesia también ha sido testigo de un aumento en la participación de los miembros debido a los cultos en línea, meditaciones diarias y la atención pastoral. “Había muchas personas que antes no podían asistir a la iglesia por diferentes razones, y hoy se están uniendo en línea. Los estudios bíblicos ayudan a las personas a lidiar con las emociones y el estrés, y el acompañamiento de los problemas relacionados con la violencia doméstica”.

Afirmando la dignidad de la vida

Desde los primeros días con algunos casos de COVID-19 hasta la actualidad en que las infecciones están aumentando especialmente en la capital Bogotá y la ciudad oriental de Tunja, la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia (IELCO) ha continuado promoviendo el mensaje de "cuidado de por vida" y acompañar a quienes atraviesan dificultades económicas, dijo el Vice-Obispo John Rojas. Al igual que otras iglesias que no han reanudado los cultos presenciales, la IELCO principalmente usa las redes sociales para transmitir servicios durante la semana, con el fin de "fortalecer espiritualmente a las personas y animarlas en su vida diaria".

Las cuatro escuelas administradas por la iglesia continúan enseñando en línea y sirven como una comunidad a través de la cual se ofrece apoyo financiero o alimentario "para afirmar la dignidad de vida" para las familias necesitadas, especialmente aquellas que dependen del trabajo informal, explicó Rojas.

Sin embargo, el impacto social de la pandemia ha provocado un aumento de la violencia en los hogares de todo el país. En respuesta, IELCO ha aumentado sus servicios de atención psicológica y pastoral, y ha creado una oficina legal para monitorear y acompañar a las personas que enfrentan la injusticia y la violencia intrafamiliar. A través de seminarios web, la iglesia continúa educando a sus miembros y personas interesadas ​​para informar y prevenir la violencia.

Rojas enfatizó el compromiso de la iglesia en la responsabilidad en su respuesta al COVID-19. “Continuará la capacitación y el aprendizaje continuo y el método virtual seguramente será un canal que permanecerá cuando las iglesias vuelvan a abrir” expresó.

Al igual que otras iglesias de la región, la Iglesia Luterana de Nicaragua “Fe y Esperanza” (ILFE) adaptó y promovió las pautas del gobierno para el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, el lavado de manos regular y otras medidas higiénicas para detener la propagación del virus. “Si bien las iglesias ahora han reabierto, con las restricciones vigentes, todavía vivimos en un gran riesgo de padecer la pandemia y continuamos apelando a la responsabilidad individual”, señaló el Rev. Katia Cortez.

Brechas entre comunidades rurales y urbanas

El liderazgo de la iglesia en LAC también expresó su preocupación por miembros de las congregaciones que carecen de conexión a internet y/o la oportunidad de usar las redes sociales. Las iglesias deben abordar las brechas entre miembros que no tienen acceso a internet ni teléfonos móviles y las comunidades rurales y urbanas, por ejemplo.

Durante las reuniones en línea abordaron otras preocupaciones entre las iglesias miembro de la FLM. La Obispo de ILFE Dra. Victoria Cortez Rodríguez pidió oración, solidaridad y apoyo por las comunidades de Nicaragua y otros países afectados por el huracán ETA. “El huracán y COVID-19 requieren una respuesta humanitaria en las zonas rurales”, dijo el Rev. José Pilar Álvarez Cabrera, Presidente de la Iglesia Luterana de Guatemala. El riesgo es particularmente agudo para las familias campesinas e indígenas sin acceso a tecnología moderna y pocas o ninguna medida de seguridad sanitaria, agregó.

La Rev. Dra. Patricia Cuyatti, Secretaria Regional de la FLM para América Latina, el Caribe y para Norte América dijo que las reuniones se han convertido en espacios importantes para el aprendizaje mutuo y el compañerismo; especialmente durante el preocupante aumento de las infecciones por COVID-19 en la región. “Se está aprendiendo a ser iglesia en circunstancias extraordinarias y al mismo tiempo ellas están profundamente preocupadas por los problemas que afectan a sus comunidades, como la pobreza y el hambre” señaló.

Rev. Dr Patricia Cuyatti, LWF Regional Secretary for Latin America, the Caribbean and North America, said the meetings have become important spaces for mutual learning and fellowship, especially with the worrying increase of COVID-19 infections in the region. “Churches learning to be church in extraordinary circumstances are at the same time deeply concerned about issues affecting their communities such as poverty and hunger,” she noted.

Es alentador, agregó Cuyatti, ver cómo las redes sociales están ayudando a las iglesias a mantenerse en estrecha comunicación con la membresía y las comunidades. “Por ejemplo, es conmovedor y motivador ver el destacado acompañamiento pastoral que se ofrece a través de los funerales en línea o el acompañamiento personal a las mujeres víctimas de violencia de género”.

FLM/P. Mumia

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La FLM cuenta con 19 iglesias miembros en 18 países en la región de América Latina y el Caribe. Las reuniones en línea bimensuales durante los tiempos excepcionales de COVID-19 son una forma de mantener a las iglesias conectadas.

Traducción Red de Comunicaciones LAC