Chile: Proyecto "Semillas de esperanza" para la justicia climática

Semillas de esperanza es un proyecto diseñado y ejecutado por la Pastoral Juvenil de la IELCH. Foto: Comunicaciones IELCH

 

Jóvenes son protagonistas de un proyecto de educación, jardinería comunitaria y reforestación

GINEBRA (LWI) - "El proyecto 'Semillas de Esperanza' me ha dado la esperanza de que podemos cambiar nuestras actitudes y acciones y transformar nuestra relación con el medio ambiente y la tierra", dijo la Rev. Izani Bruch, Obispa de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH). En el proyecto climático de la iglesia participaron unos 80 niños, jóvenes y adultos.

"A través del proyecto, los y las jóvenes han contribuido a crear conciencia en la membresía de la iglesia sobre la gravedad de la crisis climática y la necesidad urgente de que tengamos una metanoia, un cambio radical de actitud, hacia el medio ambiente", dijo Bruch. "Consiguieron iniciar un proceso de sensibilización y concienciación en nuestra iglesia: cada uno de nosotros tiene que responsabilizarse y cuidar de la creación".

"El mayor reto de nuestro país es la necesidad de un cambio cultural drástico", añadió Pablo Ríos, coordinador del proyecto "Semillas de Esperanza". "La educación es una forma de concienciar a los ciudadanos de la profunda crisis en la que nos encontramos". Al mismo tiempo, el proyecto ayudó a reconocer "el maravilloso vínculo con la naturaleza, el respeto que requiere y la necesidad de adaptarse al cambio climático". Ríos señaló que los jóvenes están al frente de este reto, dando ejemplo a otras generaciones. "Valoran la ciencia, pero también la conexión espiritual y respetuosa con la creación".

"Semillas de Esperanza" tuvo tres partes: la creación de cinco huertos comunitarios, la reforestación del campo de retiro de la iglesia con plantas autóctonas y la educación sobre el cuidado del medio ambiente, la gestión de residuos y el reciclaje. Se llevó a cabo de julio a octubre de 2021, y contó con el apoyo de la Federación Luterana Mundial (FLM).

Huerta comunitaria para una alimentación sana

A medida que el clima cambia, las comunidades el reto de cultivar alimentos "que nos permitan satisfacer nuestras necesidades, pero no a costa del medio ambiente", explicó Ríos. "Semillas de Esperanza" promovió el cultivo de verduras, frutas y hierbas medicinales en huertos comunitarios, e incluyó la elaboración de compost y el control biológico de plagas. Según Ríos, un espacio de unos noventa metros cuadrados permitía germinar, cultivar y cosechar "una buena cantidad de productos". La rotación de cultivos, la diversidad y la repelencia natural eran esenciales para evitar las plagas. De este modo, los participantes en el proyecto pudieron cultivar con éxito pimientos, zanahorias, lechugas y otras hortalizas, y hierbas como la albahaca y el perejil.

 

Hierbas y verduras cosechadas en los huertos comunitarios. Foto: IELCH

 

Además, la jardinería comunitaria fomenta la salud mental, dice Ríos. "Está el ejercicio del cuidado, la satisfacción que produce comer productos propios y la conciencia de lo sano y saludable que es cultivar alimentos a pequeña escala, sin pesticidas ni agrotóxicos". Está convencido de que el compromiso personal y comunitario con "pequeñas acciones puede cambiar nuestro mundo".

Mejora del lugar de retiro con plantas autóctonas

Otro punto de interés de "Semillas de Esperanza" fue el centro de retiros de la iglesia El Tabito. En el lugar, hay una pendiente que "no estaba en buenas condiciones", explicó Ríos. "Había pinos exóticos que secan el suelo, lo acidifican, y como no son nativos de esta región, no crecía nada debajo".

Con la ayuda de expertos botánicos de la zona costera central de Chile, donde se encuentra El Tabito, los participantes de "Semillas de Esperanza" identificaron unas 15 especies diferentes y plantaron unas 70 plantas, arbustos y árboles nativos de la región. "Esta vegetación puede recuperar los suelos áridos y resistir la estación seca del verano", dijo Ríos.

Con mucho compromiso intergeneracional, la reforestación de la ladera en el centro de retiros El Tabito toma forma. Foto: IELCH

 

Para restablecer la fertilidad del suelo, el grupo cavó agujeros profundos, los rellenó con compost y humus de lombriz y comenzó a plantar la nueva vegetación. Por último, repararon un pozo, instalaron un estanque y montaron un sistema de riego por goteo para establecer las nuevas plantas. "Estamos contentos porque hasta la fecha no hemos registrado ninguna pérdida en la plantación, teniendo un rendimiento del 100 por ciento en los trabajos de reforestación", informó Ríos con orgullo.

Al ver los logros de "Semillas de Esperanza" hasta el momento, Ríos valoró esta "forma de reencontrarse con la tierra, la biodiversidad y las diferentes voces que merecen ser escuchadas en las distintas comunidades". Destacó la importancia permanente de fortalecer la sostenibilidad en las comunidades y la conciencia de los "hermosos procesos y ciclos naturales que se pueden ver en cada planta y en toda la creación."

Por LWF/A. Weyermüller

Traducción: Red de Comunicaciones - LAC

Belen Pascal Romero Alvarez tiene 8 años y colaboró en la recuperación de la ladera. Foto: Comunicaciones IELCH