Acelerando el Ritmo

“SIDA 2014: Se parte de la solución, conéctate, únete”. Foto: Sergio López

Primeras impresiones

Australia se abre paso al inicio de la 20 Conferencia Internacional de VIH y Sida en Melbourne, ciudad que parece mirar la problemática del VIH y Sida como algo ajeno. Algunos carteles son testigos aislados de lo que está pasando en este lugar del mundo que reúne a personas de todos los continentes. La tragedia de la aerolínea Malaysia es otra marca imborrable que atraviesa toda la conferencia.

Mucha gente de los más diversos rincones del mundo se encuentran para compartir, escuchar y aprender sobre los nuevos pasos que se han dado en el campo de la lucha contra el VIH y Sida. Mientras la ciencia médica ocupa un lugar central y destacado en la conferencias (datos y estadísticas de cómo la epidemia va siendo controlada y la disminución de la mortalidad) crece el murmullo sobre historias de opresión, violencia, estigma y discriminación por causa del VIH y Sida.

Así contrasta el clamor de mujeres provenientes de Afganistán, sometidas a la opresión por causas religiosas y culturales. En la India el rol de la población LGTB y la trágica experiencia de la explotación sexual de gran parte de los países del Este Europeo, Rusia, Bosnia que levantan la voz para hacer énfasis en problemas sociales. La creciente preocupación por los pueblos originarios y el avance del VIH y Sida también se deja sentir.

Me sorprende el silencio de Latinoamérica en paneles de expositores tan comprometidos con la defensa de derechos. Es un desafío que asumo personalmente. Quizás mi limitación del inglés no permita compartir propuestas, pero creo que es un espacio que debemos conquistar con más fortaleza.

Todavía los cambios

Participar de espacios de diferentes creencias y grupos religiosos comprometidos con la defensa de los derechos, la aceptación, incluidos y sostenimiento de comunidades que conviven con la epidemia del VIH y Sida es único. La invitación es salir al encuentro de estas situaciones con nuevas lecturas y comprensiones de nuestros textos sagrados. Nuevas hermenéuticas y aportes necesarios para parar la estigmatización de género, religioso o social.

El virus del VIH y Sida reclama, además del avance médico, los avances sociales. La lucha contra un virus pone de manifiesto las sexualidades, masculinidades y femineidades. El virus ha desafiado a la medicina y la sociedad. La capacidad de suplantar un coctel de remedios con una sola pastilla en pocos años o la efectividad del tratamiento retroviral son hechos sin precedentes. Pese a esos avances médicos, las sociedades han luchado para responder al VIH y Sida desde otro lugar que no sea la discriminación, clasificación social, o hasta descartando a las personas portadoras de su naturaleza humana.

Convivir con Honorabilidad

Lourdes, quien sólo habla portugués, es trabajadora sexual de la zona Noreste de Brasil. Tiene edad avanzada y dificultades para caminar. Lourdes, delegada de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Brasil, se abre paso como puede en un mundo hostil que le sale al encuentro en inglés. Pero no tiene miedo, o al menos así se presenta.

Lourdes necesita decir que está presente. En nuestro encuentro desahoga  sus preguntas y dudas para lo que le espera del día. Se ha convertido en mi alma, unida a mí para temas de transporte público y otros menesteres de la conferencia, aunque después cada quien tome rumbo diferente en los simposios, conferencias o debates.

El hospedaje acoge a delegados y delegadas de diferentes organizaciones de la sociedad civil que trabajan con personas viviendo con VIH. Pero el aprendizaje es la dificultad de salir al encuentro dejando de mirar al otro/a de reojo. Lourdes ha enriquecido este aprendizaje por la capacidad de activar prejuicio, ya que con su limitado inglés se presenta como es: una trabajadora sexual.

Desde el silencio y con su presencia Lourdes me dice: Sergio ¿dónde estás metido? ¿Qué se dice en estos casos? ¿Qué evangelio predicas? Así que, la tomo de la mano, la pongo en mi brazo y caminamos por la calle rumbo al tranvía. Otras personas que conviven en el hotel  me miran. ¡Sí!, ¡Claro que me miran! Pero si quiero cambiar el mundo entendí que tengo que cambiar yo.

¡Y ya empecé! Asumiendo que Lourdes es mi hermana y ocupándome de mi hermana. Que es mujer, que siente, sufre y es tan vulnerable como cualquiera. Que yo la necesito como bendición para este cambio y que ella también me necesita. No para decirle nada, sino para que sea esa alma que me da el brazo para caminar juntos o para un regocijado ¡Buen Día!

Rev. Sergio López participa de la 20 Conferencia Internacional de VIH y Sida